Friday, May 26, 2006


Y pensar que soy yo el de aquella fotografía.
Dirá lo mismo él al verme ahora, que miro su temor en nuestros ojos.
No me enternece ese niño, no lo abrazaría,
es más, le volaría la cabeza de un disparo.
No soportaría tenerlo serca, me molesta su aire ausente, sospechoso.
Hay algo maligno en su resistencia al contacto,
aquel que dice ser su mi padre intenta abrazarlo como se hace con un enfermo.
Esa mueca que finge una sonrrisa, es asco, nada más que asco y veneno.
Ese niño ya algo sabía, algo que yo he olvidado y que respondería a lo que me congela.
No és niño. Engendro, mounstruo, asesino, psicópata.
Moldea su odio, educa su hambre de poder y venganza.
Puedo nombrarlo y no sentirme aludido.
La verdad es que me inquieta esa fotografía, está aquí, es él,
me observa y amenaza.
Recuerdo perfectamente ese día, odiaba a los estúpidos amigos de su padre,
odiaba estar lejos de su cuarto imaginando humanos en miniatura para controlarlos,
odiaba las nueces en los nogales.
Soy yo y no lo entiendo.
El es el culpable y yo el inocente.

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